La investigación con células madre es uno de los campos más prometedores de la ciencia. Investigadores holandeses dieron vida al primer embrión artificial a partir de células madre creado en laboratorio, sin usar óvulos ni espermatozoides.
Proceso:
Con células madre de ratones se explica el funcionamiento de un embrión real en las primeras fases de su desarrollo.
Una vez que un óvulo de mamífero ha sido fertilizado por un espermatozoide, se divide para generar una pequeña bola flotante de células madre. Las células madre embrionarias se agrupan dentro del embrión hacia un extremo, esta etapa de desarrollo se conoce como blastocisto.
Los otros dos tipos de células son: las células madre trofoblásticas extraembrionarias, que formarán la placenta y endodérmicas primitivas que crearán el saco vitelino, asegurando que los órganos del feto se desarrollen adecuadamente.
Se utilizó una combinación de células madre embrionarias y extraembrionarias, junto con un andamio 3D en el que puedan crecer. Con todo ello se desarrolla una estructura capaz de ensamblar, cuyo desarrollo se parece mucho al embrión natural.
Comparando un embrión artificial con uno natural los dos siguen el mismo patrón de desarrollo; las células madre se organizaron con las embrionarias en un extremo y las trofoblásticas extraembrionarias en el otro. Luego abren una cavidad antes de unirse para convertirse en el saco amniótico en el que se desarrollará el embrión.
Aunque este embrión artificial se asemeja mucho a uno real, es poco probable que se convierta en un feto sano.
El objetivo del experimento es estudiar las primeras etapas de la vida( proceso de implantación y desarrollo de la placenta). De esta forma se podría encontrar tratamiento a enfermedades antes de que el feto se desarrolle.
Las enfermedades congénitas, responsables de muertes y abortos serían objeto de investigación de forma más detenida.